Coparmex exige un proceso electoral apegado a la legalidad
Lino Calderón
En el caso específico de los procesos electorales, estas reformas han 
implicado cambios profundos en la conformación y facultades de las 
autoridades electorales. Una constante de esa evolución, ha sido su 
propósito de incrementar su autonomía, imparcialidad, profesionalismo y 
la supervisión ciudadana de su labor.
En este tránsito, entre otros, se conformó el Instituto Federal 
Electoral, con un Consejo Ciudadano; se integró el Tribunal Electoral al 
Poder Judicial de la Federación y, en años recientes, se nacionalizó y 
amplió el mandato del IFE, convirtiéndolo en el Instituto Nacional 
Electoral.
Sin embargo, las reformas a los organizadores y árbitros de los procesos 
electorales parecieran haber sido insuficientes. En cada proceso 
electoral se revela información que confirma el uso indebido de las 
instituciones del Estado Mexicano en favorecer a partidos y candidatos.
Múltiples gobiernos de diversa filiación partidista, y de los distintos 
órdenes de gobierno, han utilizado ilegítimamente a las entidades 
gubernamentales y sus recursos, como si fueran instrumentos auxiliares 
de la competencia electoral, en lugar de ser garantes de la legalidad.
El proceso electoral en curso, por sí mismo el más complejo de nuestra 
historia moderna, no está siendo la excepción en la presencia recurrente 
de esas prácticas ilegales.
Los casos de corrupción y desvío masivo de recursos públicos, en 
ocasiones documentados por la Auditoría Superior de la Federación, en 
otros denunciados por organismos de la sociedad civil, y algunos más 
identificados y denunciados por los medios de comunicación, parecen 
apuntar claramente al uso sistematizado del erario, en los distintos 
órdenes de gobierno, con fines electorales y partidistas.
Pero el desvío de recursos para fines electorales no ha sido la única 
manifestación aberrante de la captura de las instituciones para fines 
ajenos a su mandato legal.
Entidades fundamentales del Estado, responsables de la procuración de 
justicia, la seguridad nacional, la fiscalización tributaria y la 
inteligencia financiera, están siendo utilizadas de forma inaudita y 
alejada de estándares, con la finalidad aparente de minar la competencia 
democrática y debilitar a los adversarios políticos.
En días recientes, la actuación institucional y apartidista de varias 
instituciones federales, especialmente la Presidencia de la República, 
la Procuraduría General de la República, la Secretaria de Hacienda y 
Crédito Público, y el Servicio de Administración Tributaria, se ha 
puesto en entredicho por algunos partidos y candidatos. Hay 
señalamientos similares en gravedad en los ámbitos locales y 
municipales, respecto del proceder de autoridades equivalentes en esos 
órdenes de gobierno.
El extrañamiento al abandono de la ortodoxia institucional, ha sido 
señalado por un número creciente de organizaciones y activistas 
sociales, intelectuales, académicos y líderes de opinión, y referido 
apenas unas horas atrás, al titular del Poder Ejecutivo Federal.
En COPARMEX exigimos a todas las autoridades y los funcionarios 
públicos, en los distintos órdenes de gobierno, se ajusten a la 
legalidad y limiten su actuación y uso de recursos públicos, a la 
función explícita que por ley se les tiene encomendada.
Hacemos un firme llamado al gobierno federal, así como a los gobiernos 
estatales y municipales, para que eviten todo comportamiento o actuación 
que de sospecha, indicio, o evidencia, de una injerencia ilegal en el 
proceso electoral federal y los procesos locales que transcurren en 
treinta entidades federativas.
De forma especial, desde COPARMEX exhortamos a los titulares de dichos 
órdenes de gobierno, es decir, a los Presidentes Municipales, 
Gobernadores y al Presidente de la República, para que su proceder 
institucional y conducta personal, así como las de sus colaboradores 
inmediatos, no deje lugar a dudas de su escrupuloso respeto a la 
legalidad electoral.
Toda conducta o acción insólita, atípica o desproporcionada de un 
gobierno o funcionario, que pretenda directa o indirectamente beneficiar 
o perjudicar a una coalición, partido o candidato, debe ser erradicada 
por su ilegalidad, afectación a la normalidad democrática, y profundos 
efectos dañinos en la confianza institucional que trae aparejada.
La credibilidad y confianza institucional, es un ingrediente fundamental 
de la democracia. La confianza en la justicia, de forma particular, es 
uno de los pilares que deben sostener todo el andamiaje del Estado de 
Derecho.
Se ha señalado recientemente la tibia actuación de la Procuraduría 
General de la República en la investigación y persecución de los 
posibles actos de corrupción en perjuicio del Gobierno Federal, y se 
multiplican los señalamientos de una acción asimétrica en casos que 
imputan a candidatos y sus entornos personales y de negocios.
Que la ley se aplique de manera irrestricta. Si hay evidencia de la 
comisión de un delito, este debe ser investigado, perseguido y 
sancionado sin distinciones. La ley nunca debe ser herramienta de 
persecución o negociación política. Mucho menos, espacio de complacencia 
para cuando se afectan los recursos públicos.
Por ello, COPARMEX emplaza de nuevo a los candidatos a la Presidencia de 
la República, así como a los partidos y coaliciones, y a los 
legisladores emanados de esas formaciones políticas, para pronunciarse 
con claridad y actuar sin dilación, para concretar una reforma al 
artículo 102 de la Constitución General, que garantice que México cuente 
con una Fiscalía General autónoma, eficaz, respetuosa de los derechos 
humanos, con supervisión y controles ciudadanos, en resumen, una 
#FiscalíaQueSirva a México.
El lamentable contexto electoral y la poca atinada actuación del órgano 
federal responsable de procurar justicia, otorga hoy más que nunca la 
razón a las organizaciones y ciudadanos, que desde los colectivos 
#VamosPorMás y #FiscalíaQueSirva, han venido exigiendo esta 
transformación del Estado Mexicano.
El camino hacia la consolidación de la democracia ha sido largo y muy 
arduo. Nadie que quiera a México, puede apostar por su deterioro.
Ahora que está próximo el inicio formal de las campañas lo decimos con 
claridad: Exigimos un proceso electoral apegado a la legalidad.
Los gobiernos y sus funcionarios, deben dedicarse a cumplir con sus 
responsabilidades, sin distracciones. Los partidos y candidatos a 
presentar propuestas: Queremos escuchar de ellos los qué y también los 
cómo. Y las autoridades electorales, deben garantizar un proceso 
ordenado, con certeza y transparencia para todos los participantes.
En Coparmex lo reiteramos, fortalecer el Estado de Derecho, es hoy el 
principal reto de México. Y en este proceso electoral, debemos superar 
ese gran desafío nacional.
 
 


 
 
 


 


 
 
 
 
 
 
 
 
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